jueves, 30 de abril de 2009

Depeche Mode vuelve a la Argentina



La banda de Martin Gore y Dave Gahan regresa a Buenos Aires luego de 15 años. La cita será el 17 de octubre y, aunque todavía no está confirmado el lugar, las entradas se pondrán a la venta el 19 de mayo. La noticia apareció ayer en http://www.depechemode.com/tour.html, página oficial de la agrupación británica. En la misma dirección podrán ver todas las fechas del Tour of the Universe 2009. Así que a preparar las billeteras…y los oídos para escuchar los sonidos del universo.

Aníbal Ibarra: un nuevo apunte para no olvidar

El nuevo episodio lamentable de Aníbal Ibarra, realmente, me superó. Y no sólo eso. También un aspecto que escuché en los análisis de varios periodistas. El episodio lo pueden ver en http://www.youtube.com/watch?v=9KMAFwb_PjQ&feature=related. Y les recomiendo que antes vean el micro de Telenoche conducido por Daniel Malnatti y, si ya lo vieron, lo vuelvan a observar.

Surgen muchas preguntas luego de mirar el segmento del noticiero de Canal 13. En primer lugar ¿sabían de la maniobra del ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires? Parecen haber dos claros indicios que así lo demuestran: el desenvolvimiento del periodista (gestual, verbal) y el uso de las dos cámaras (una para el funcionario y otra para el contexto de la situación). Si no lo sabían o preveían, van mis felicitaciones para Malnatti, quien ya ha demostrado todo su olfato periodístico, por lo que es una posibilidad certera. En segundo lugar ¿cuántas son las cosas que el Grupo Clarín conoce y no saca a la luz porque no le conviene? y, lo más misterioso e importante para el ciudadano ¿cuáles son? Y, por último ¿hay un nuevo periodismo? ¿Cuál es la forma de hacer periodismo en el Siglo XXI? ¿Tendrían que haber ocultado el pequeño detalle de los extras que vivaban a Ibarra?

Lo que queda claro es que la política argentina está cada día más dañada. Telenoche mostró lo que tenía que mostrar, aunque sería bueno que actuaran de la misma manera, con todas las cuestiones oscuras que rodean a nuestra realidad inmediata. En esta Argentina modelo 2009, y desde muchos años, parece que no queda un postulante serio para depositar la confianza en las urnas. Por lo menos, si hacemos referencia a los que se ubican, supuestamente, en primer plano.

Aníbal Ibarra se iba a presentar, como candidato a Diputado Nacional, en las próximas elecciones del 28 de junio. Y es muy posible que así sea. Tal es la impunidad con la que se manejan los políticos que nos gobiernan y los que no. Esa impunidad que le permite a Ibarra justificar lo injustificable en los medios de comunicación ¿No fue suficiente lo de Cromañón? ¿Cuántas oportunidades de corromperse tienen nuestros mandatarios? Y que quede claro que éste es sólo un ejemplo de lo que ocurre diariamente.

Hay otro aspecto del hecho que me llamó la atención y que no me parece menor. Que no es irrelevante, como lo quisieron mostrar, porque estaríamos legitimando la corrupción, por más nimia que sea. Me refiero al análisis de muchos periodistas, quienes minimizaron el acto alegando que no es nuevo que los políticos caigan en este tipo de estrategias, como si tuviéramos que aceptarlo porque es usual. Y el mejor ejemplo es Orlando Barone, quien siempre tiene a mano un argumento para defender al matrimonio K y, esta vez, en 6 en el 7 a las 8, programa televisivo del canal oficial del cual participa, hizo foco en la malicia del periodismo para ensuciar a Ibarra.

Y a eso me refería cuando aludí a un nuevo periodismo. Ese que nos hicieron conocer los noteros de CQC, hace más de una década, aunque ya no tengan la misma sagacidad y frescura, pero que hizo escuela y que, en la actualidad, Malnatti trasladó a un noticiero “serio”. Una nueva forma de abordar a los políticos y de perderles ese respeto añejo para dejar de lado la obsecuencia por el favor de una entrevista.

martes, 21 de abril de 2009

Fin de semana de TV

Varias cosas pasaron este fin de semana. Todo empezó el viernes por la noche con el debate entre Fernando Peña y Luis D´Elía, en Después de todo, por Canal 26. Debate que no fue tal porque sólo se dedicaron a increparse mutuamente y a anular la consigna propuesta por Jorge Lanata, conductor del ciclo, quien, supuestamente, quería retomar la temática impuesta por la fallida construcción del muro del intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

Fue una oportunidad perdida para avanzar a un estado superior, respecto de sus diferencias, y sacar alguna conclusión de la realidad que nos somete. Fue una chance perdida por Peña de rebatir todos los improperios que le había lanzado D´Elía en el Parquímetro, su programa de radio. Y fue una oportunidad perdida para los televidentes, quienes tenían la chance de observar a dos personalidades totalmente diferentes, reflexionando sobre un tema que nos toca a todos.

No se trataba de ninguna innovación de Lanata, desde este punto de vista, ya que algo similar hacía CQC hace algunos años. Sin embargo, existía la posibilidad de observar un evento televisivo que podía dejar una huella. Sin dudas, desde el marco periodístico, fue lo más flojo de DDT en su semana debut, más allá del rating obtenido.

Ya el sábado, tuvimos el demorado regreso a la pantalla de TVR. El programa de archivo, que se transformó en un clásico y superó a su originario PNP, volvió con un matiz signado por lo político diferenciándose, así, de Zapping, su directo y frívolo competidor. Si mantiene esta tónica, el ciclo de Diego Gvirtz puede tener un gran año, aunque el debut no fue acompañado por la gente. Esperemos que los números no arruinen su futuro periodístico.

Y por último, el domingo, a las 9 de la noche, volvió MDQ. Luego de un largo receso en la televisión, los hermanos Weinbaum volvieron a hacer de las suyas y nos pasearon por varias partes del mundo. Se nota que quedó atrás la época dolarizada y, por eso, mucho tiempo de la emisión fue dedicada a las actuaciones y los sketchs que ya incluyeron en la temporada anterior. De todas formas, siempre es refrescante la mirada de los marplatenses respecto de la temática “ciclo de viajes”, ya que es algo más que eso.

viernes, 10 de abril de 2009

Hugo está leyendo...

También en Argentina las empresas extranjeras y sus múltiples ecos nativos sostienen siempre que el subsuelo contiene escaso petróleo, aunque las investigaciones de los técnicos de YPF, Yacimientos Petrolíferos Fiscales, han indicado con toda certidumbre que en cerca de la mitad del territorio nacional subyace el petróleo, y que también hay petróleo en la vasta plataforma submarina de la costa atlántica. Cada vez que se pone de moda hablar de la pobreza del subsuelo argentino, el gobierno firma una nueva concesión en beneficio de alguno de los miembros del cártel. La empresa estatal, YPF, ha sido víctima de un continuo y sistemático sabotaje, desde sus orígenes hasta la fecha […] Los acuerdos del cártel no han impedido que la Shell y la Standard disputaran el petróleo de este país por medios a veces violentos: hay una serie de elocuentes coincidencias en los golpes de Estado que se han sucedido todo a lo largo de los últimos cuarenta años. El Congreso argentino se disponía a votar la ley de nacionalización del petróleo, el 6 de septiembre de 1930, cuando el caudillo nacionalista Hipólito Yrigoyen fue derribado de la presidencia del país por el cuartelazo de José Félix Uriburu. El gobierno de Ramón Castillo cayó en junio de 1943, cuando tenía a la firma un convenio que promovía la extracción del petróleo por los capitales norteamericanos. En septiembre de 1955, Juan Domingo Perón marchó al exilio cuando el Congreso estaba por aprobar una concesión a la California Oil Co. Arturo Frondizi desencadenó varias y muy agudas crisis militares, en las tres armas, al anunciar el llamado a licitación que ofrecía todo el subsuelo del país a las empresas interesadas en extraer petróleo: en agosto de 1959, la licitación fue declarada desierta. Resucitó en seguida y, en octubre de 1960, quedó sin efecto. Frondizi realizó varias concesiones en beneficios de las empresas norteamericanas del cártel, y los intereses británicos […] no fueron ajenos a su caída en marzo de 1962. Arturo Illia anuló las concesiones y fue derribado en 1966; al año siguiente, Juan Carlos Onganía promulgó una ley de hidrocarburos que favorecía a los intereses norteamericanos en la pugna interna.

El párrafo anterior es un fragmento de Las venas abiertas de América Latina, el libro de Eduardo Galeano, publicado en 1971, que revisita la cruenta historia latinoamericana a lo largo de su historia, las subyugaciones que ha sufrido de parte de las potencias mundiales y de cómo un gobierno se vende al mejor postor. Cualquier coincidencia con la actualidad reclámensela a los sucesivos presidentes: María Estela Martínez de Perón, Jorge Videla, Roberto Viola, Leopoldo Galtieri, Reynaldo Bignone, Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando De La Rúa, Eduardo Duahlde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

Lo que aún no entiendo, respecto de Las venas abiertas…, es cómo no se ha convertido en material obligatorio en los establecimientos secundarios de todos los países que corresponden el territorio estudiado por Galeano. O mejor dicho sí entiendo cuáles son las razones: las mismas que vienen aplicando los gobiernos en materia educativa, es decir, el vaciamiento de contenido de los planes educacionales.
Un pueblo dormido es mejor que uno despierto. Y, en ese estado adormecido reinante, los mandatarios siguen haciendo historia. Llenando sus arcas. Subyugando a sus dominados. Esparciendo la sangre de una Latinoamérica que sigue teniendo las venas abiertas.