Pasó el gran día político del 2009. La alegría de sufragar una vez más, en un domingo frío y lluvioso con amenaza de epidemia porcina y la paranoia ante lo desconocido (u oculto). Una ocasión nueva para demostrar el sentir popular en una realidad que es cada día más compleja. Y peligrosa. Muchos velos han caído, pero muchas dudas crecen en este Mito que es la Argentina.
Sin dudas, el gran perdedor de las elecciones legislativas de ayer fue el oficialismo. Néstor Kirchner y el FPV recibió un duro revés, de parte de los votantes, en varias provincias: Buenos Aires, Santa Cruz, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y, como siempre, Capital federal. Las consecuencias de las pésimas actitudes de los últimos tiempos se vieron reflejadas en los votos.
Sin embargo, no hubo un gran ganador, aunque se lo pueda o quiera poner al PRO en ese lugar. El triunfo de Francisco de Narváez en el distrito de Daniel Scioli, no es más que un nuevo castigo a un modelo coaccionado por políticos que ya no pueden sostenerse en su lugar de poder: Moreno, De Vido, Jaime. De otra forma, no puede entenderse cómo alguien sin una ideología clara, ni plan, ni trayectoria política pueda arrebatarle la Provincia más fuerte del Peronismo. ¡Y bajo la bandera del Peronismo! Es una locura.
Nada es entendible en esta Argentina más alocada que nunca. Mauricio Macri se perfila como una figura presidenciable, para el 2011, dentro del partido que hasta hoy lideraba Kirchner, quien presentó su renuncia luego de la derrota de ayer. Otro candidato que suena es Carlos Reutemann, quien dejó en ruinas la provincia de Santa Fe luego de su mandato. Todo ilógico dentro de un país con muy poca lógica.
Por otra parte, la elección de Fernando Solanas fue muy buena. Con un presupuesto ínfimo comparado con el de sus rivales, cosechó una cantidad de votos notable. Todo a base de propuestas y de diálogo, en cada oportunidad que se le presentaba, para reflotar temas importantes tapados durante largo tiempo. Y la gran porción de la Capital Federal que se inclinó por Pino Solanas demuestra que no está todo tan bien como quiere hacerles creer el macrismo a los ciudadanos. La creación de boulevares en las calles, la refacción de las plazas y otras cosas que sólo matizan una ciudad que tiene otras urgencias, le quitó unos cuantos de miles de sufragios a Gabriela Michetti.
Y si antes dijimos que no hubo un gran ganador, fue porque Pino todavía tiene que conformar una fuerza que lo acompañe en su camino. Un partido, Proyecto Sur, que aún es muy reciente y que tiene un largo y duro camino por delante. Un Proyecto para comenzar a develar el Mito argentino.
